2015/01/26

¡Llegó la hora de la transición de cuna a cama! – Parte 2

Me tomó bastante tiempo, ya lo sé, pero aquí finalmente está la entrada de seguimiento a “¿Llegó la hora de la transición de cuna a cama? – Parte 1”. Hay varios motivos por los cuales me tomó tanto tiempo para escribir esta (o cualquier) entrada, incluyendo por supuesto las actividades de Navidad y fin de año, las dos semanas de “vacaciones” en diciembre sin guardería y con mal tiempo afuera y dos niñas resfriadas en casa (probablemente deba escribir una entrada sobre esas dos semanas en algún momento…), pero también por motivo de la transición de cunas a camas – ya que mis valiosas dos horas de silencio durante las siestas de la tarde desaparecieron y aparentemente no volverán. Pero para quienes también están considerando hacer la transición de cuna a cama pronto: no se preocupen, ¡no solamente hay malas noticias! Sigan leyendo para nuestras experiencias hasta ahora con respecto a la transición de nuestras gemelas de cunas a camas: lo bueno y lo malo, los éxitos y los desastres…


Devolvámonos al 25 de diciembre de 2014. Después de varias semanas de estar preparando el cuarto de las niñas (y nuestras mentes) para el gran cambio, decidimos que éste era el día. Yo todavía tenía muchas dudas, aún en el momento en que mi esposo ya estaba quitando las barras de las cunas para convertirlas en “camas grandes”. Durante varias semanas, nuestras hijas en ningún momento se salieron o cayeron de sus cunas y estuvieron durmiendo muy bien durante las noches y bastante bien durante las siestas de la tarde. ¿No deberíamos de intentar esperar algunos meses más antes de hacer la transición para asegurar siestas y noches exitosas por más tiempo? Pero entonces otra voz en mi cabeza me recordó de los riesgos de mantener a nuestras hijas en sus cunas por más tiempo sabiendo que ya eran capaces de salir. Ya habíamos dejado pasar varias semanas y por suerte nada había ocurrido hasta el momento, pero yo no me lo perdonaría si tuvieran una mala caída de sus cunas simplemente porque nosotros esperamos demasiado tiempo.

Así que ya, desaparecieron las barras de las cunas y el gran cambio ahora era una realidad. Cuando llevamos a nuestras niñas a su cuarto para su siesta de la tarde, me preocupé por un momento que estuvieran asustadas sin la seguridad de las barras. Pero nuestra primera experiencia con las “camas grandes” fue muy buena, ya que a las niñas les encantaron sus “nuevas” camas y estaban increíblemente orgullosas por tener camas de “niñas grandes” ahora. Así que afortunadamente una cosa menos para preocuparme. Luego hicimos la misma rutina de siempre antes de la siesta de la tarde y salimos del cuarto, esperando que aceptaran dormir en su nuevo ambiente. Pero les estábamos pidiendo demasiado, por supuesto. ¿Cómo podés esperar de una niña de dos años que se vaya a dormir si ahora puede disfrutar de un montón de libertad que antes no tenía? ¡Y mucho menos si son dos niñas que pueden disfrutar de esta nueva libertad juntas!

Las siestas de la tarde dejaron de existir y se convirtieron en “fiestas de la tarde”, con un ocasional (o algunos días frecuente) episodio de pelea entre las dos hermanas sobre algo que ambas quieren o sobre algo que una hizo y que a la otra no le gustó, incluyendo algunos empujones, golpes o incluso mordiscos ya que las palabras disponibles aún no alcanzan completamente para expresar todos los sentimientos y desacuerdos. Tuvimos una leve esperanza de que tal vez, sólo tal vez, ésta sería una fase mientras se acostumbraban al nuevo ambiente y que la nueva libertad adquirida perdería parte de lo atractivo después de unos días o unas semanas, permitiendo que volvieran a la costumbre de dormir en las tardes en algún momento. Sin embargo, a no ser que el tiempo de adaptación sea de más de tres semanas, parece que esto no sucederá. El resultado hasta ahora es no más horas tranquilas y de silencio para Mamá y Papá en las tardes y dos niñas de mal humor y con mucho sueño a la hora de la cena. La ventaja es que cuando las niñas no duermen en las tardes, nos aseguramos de empezar su cena al menos media hora antes resultando también en una hora más temprana de dormir. Esto nos ha funcionado muy bien a todos hasta el momento, ya que las niñas están demasiado cansadas para poder mantenerse despiertas hasta la hora en que normalmente se acuestan si no han dormido nada en la tarde, mientras que al mismo tiempo esto nos permite a nosotros empezar nuestra noche un poquito antes, que no está nada mal considerando que nosotros usualmente también estamos demasiado cansados para acostarnos tarde.

Resumiendo: las siestas después de la transición equivalen a bastante desastre con alguna que otra nota positiva. Sin embargo, las noches después de la transición afortunadamente han sido un éxito total y me siento tan feliz por esto que estoy dispuesta a perdonar y olvidar prácticamente cualquier cosa que ocurra a la hora de la siesta (bueno, tal vez no inmediatamente después de lo ocurrido, pero una hora después o algo así…), siempre y cuando las noches continúen igual de tranquilas y con muchas horas de sueño para todos. Después de ver cómo la siesta se convirtió en fiesta el 25 de diciembre me preocupé de las noches, pero afortunadamente nuestras niñas parecen respetar la oscuridad y entender que tienen que dormir cuando afuera está oscuro (me alegra muchísimo que acá en Costa Rica oscurece y amanece a más o menos la misma hora durante todo el año – para personas que viven en latitudes diferentes recomendaría que de ser posible realicen la transición a cama durante el otoño o el invierno para asegurarse de que los niños puedan acostumbrarse completamente al cambio antes de que los días se alarguen de nuevo). Con la excepción de los momentos normales de llanto después de una pesadilla y sólo algunos momentos excepcionales en que alguna de las niñas se salió de la cama justo después de haberla acostado y tuvimos que entrar para volver a acostarla, hemos tenido noches excelentes desde la transición de cunas a camas sin fiestas ni chiquitas corriendo por su cuarto durante las noches. La mayoría de las veces se duermen casi inmediatamente después de acostarlas alrededor de las 6:30 pm y se despiertan cuando amanece, en algún momento entre las 5:30 y 6 am. ¡Me parece que no está nada mal para gemelas de dos años de edad!

Compartiré algunas recomendaciones basadas en nuestra experiencia hasta el momento para aquellos padres (de gemelos) considerando hacer la transición de cuna a cama pronto:

  • Instalen una reja en la puerta del cuarto (si no lo han hecho aún), para que sea imposible para sus gemelos salir de su cuarto. Los riesgos de accidentes serán mucho mayores si los niños tienen la opción de correr por toda la casa. Además, la nueva libertad adquirida de su propio cuarto ya es bastante – si el espacio por descubrir incluyera toda la casa, ¡probablemente nunca más dormirían!
  • Asegúrense de que el cuarto esté completamente seguro antes de hacer la transición. No debe haber objetos peligrosos al alcance ni muebles que fácilmente podrían caer encima de los niños si intentaran escalarlos. Además, mi esposo fabricó un gancho en la puerta para evitar que las niñas puedan cerrarla – especialmente importante cuando dos (o más) comparten un cuarto ya que una podría cerrar la puerta mientras que la otra aún tenga los dedos entre la puerta y el marco.
  • Intenten no hacer cambios grandes en el cuarto excepto por la cama. De ser posible, intenten convertir las cunas en camas en vez de comprar nuevas “camas grandes”, ya que esto hará que los niños se sientan grandes y con nueva libertad pero manteniendo al mismo tiempo su propio ambiente seguro y familiar. Si algún cambio grande debe ocurrir en el cuarto antes de la transición (por ejemplo quitar muebles o instalar una reja), intenten hacerlo algunas semanas antes para que los pequeños puedan acostumbrarse a esto antes de la transición. Podría ser tentador combinar el cambio de cuna a cama con un diseño completamente nuevo del cuarto, pero probablemente sea mejor esperar con eso ya que los gemelos podrían asustarse o abrumarse con tantos cambios, o más bien podrían estar tan entusiasmados con todos los cambios que dormir ya no será una opción.
  • Continúen con las mismas rutinas previas a la hora de dormir que antes de la transición. Todo debería continuar como antes, siendo el único cambio la cama.
  • Intenten usar un sistema de recompensa por buen comportamiento en vez de enojarse (demasiado) por comportamiento no deseado. A nuestras niñas les encanta recibir calcomanías para buen comportamiento y aunque hasta ahora eso no nos ha servido para que vuelvan a dormir en las tardes, sí ha funcionado para frenar otros comportamientos no deseados a la hora de la siesta (como quitarse los pañales).
  • Intenten no preocuparse demasiado sobre lo que pasará después de la transición de cuna a cama. Ya sé, es más fácil decir eso que hacerlo. Pero de verdad, tendrán que pasar por esta etapa en algún momento y preocuparse sobre todos los diferentes escenarios de antemano sólo les cansará más de lo necesario. Es mejor simplemente prepararse bien sin preocuparse demasiado y ocuparse de las cosas cuando ocurran – por ejemplo, todas mis preocupaciones sobre si las niñas tal vez ya no dormirían durante la noche ahora (afortunadamente) resultan haber sido innecesarias.


La ventaja de haberme preocupado más de lo necesario sobre la transición de cuna a cama es que ahora estoy un poquito menos preocupada sobre el entrenamiento de ir al baño de las gemelas. Aún no creo que sea algo fácil, pero he decidido tomar las cosas como vienen y no preocuparme demasiado sobre el cómo y cuándo. Los primeros pasos del entrenamiento ya ocurrieron en las últimas semanas, pero no voy a forzar las cosas o tratar de acelerar el proceso. En cambio, por ahora simplemente dejaré que se sientan en la bacinilla cuando quieran y con el tiempo veremos cómo van las cosas y cuándo considero que están / estamos listas para un entrenamiento más intensivo. Pero más sobre eso en una futura entrada sobre el entrenamiento de gemelas para ir al baño – ¡Un día y una cosa a la vez!



Si tenés alguna experiencia o recomendación sobre la transición de cuna a cama, ¡por favor compartir en un comentario abajo! 

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