2015/01/26

¿Llegó la hora de la transición de cuna a cama? – Parte 1

(Esta es la traducción al español de la entrada Time for Big-Kid beds? - Part 1, escrita en noviembre 2014.)



El sábado pasado, el día empezó con un golpe duro, seguido por el llanto de una de nuestras hijas. O al menos, el día de mi esposo empezó así; por suerte yo no lo oí ya que fui a correr temprano en la mañana y regresé a casa justo unos minutos después de lo ocurrido. Cuando mi esposo entró al cuarto de nuestras hijas encontró a una de ellas sentada en el piso entre las dos cunas. Sabíamos que esto pasaría en algún momento, era sólo una cuestión de tiempo hasta que descubrieran cómo salir de las cunas. Pero esperábamos contar con un poquito más de tiempo… Afortunadamente nuestra hija estaba bien y la caída no le dejó ningún bulto o moretón – parece que fue una buena elección poner alfombra en los pisos.


En el momento en que entré a la casa, mi esposo gritó desde arriba: “¡Ya ocurrió!” Aunque yo esperaba contar con más tiempo y no creía que esto fuera a suceder tan rápido, inmediatamente entendí de qué estaba hablando. Después de verificar rápidamente si todo estaba bien y contenta de verla reír de nuevo como si nada hubiera pasado, empecé a pensar sobre el ahora inevitable siguiente paso: la transición de cunas a camas. Muchas preguntas, dudas y preocupaciones llenaron mi cabeza. ¿Deberíamos de hacer el cambio inmediatamente (hoy??) o aún podemos esperar un poquito más? ¿Qué cambios habrá que hacer en el cuarto para asegurarnos de que sea un lugar seguro una vez que fácilmente podrán salir de sus camas? ¿Nuestras niñas que ahora duermen toda la noche se adaptarán fácilmente al cambio o empezarán a levantarse durante la noche (simplemente por poder hacerlo)? ¿Cómo las convenceré de aún dormir en las tardes cuando tengan camas grandes, considerando que eso ya es difícil ahora que aún están en las cunas?

Algunos padres pensarán ‘Por qué tantas preocupaciones, ¿no se supone que la transición a cama es un hito de desarrollo emocionante?’ Me imagino que así será, una vez que se habrán acostumbrado completamente al cambio. Sin embargo, cuando hay dos (y específicamente si comparten el cuarto) las cosas se ponen un poco más difíciles. Junto con el inminente y también inevitable entrenamiento de nuestras gemelas para ir al baño, la transición a camas es uno de los hitos de desarrollo que más me preocupan. Por el motivo de estar juntas, tendrán muchas razones adicionales para salir de sus camas durante las noches y a la hora de la siesta. Simplemente intentá con alguno de éstos: ‘Mi hermana está ahí – iré para que podamos pasarla bien juntas’ – ‘Enseñaré a mi hermana que yo puedo salir de la cama’ – ‘Mi hermana salió de su cama - ¿por qué yo no lo haría?’ – ‘Hoy me gusta más el muñequito de mi hermana, así que nada más iré para agarrarlo’ – ‘¿Ves esa reja en la puerta? ¡Vamos para trabajar en equipo y tratar de pasar por encima para poder visitar a Mamá y Papá!' Ves, muchos motivos para estar preocupada de que no se queden en sus camas simplemente porque nosotros les decimos que hagan eso.

En algún momento del día pensé: ¿qué tal si simplemente esperamos un poquito más? ¿Tal vez el susto de la caída fue suficiente para convencerla de no volver a intentarlo por un buen tiempo? ¿Tal vez su hermana aún no lo intente? ¿O tal vez aún no están listas para el cambio a cama y estarán asustadas sin la seguridad de las barras de la cuna? Pero luego en la tarde vi cómo ambas chiquitas trataron de salir de sus cunas y el único motivo por el cual no lo hicieron fue porque yo estaba ahí y les dije que no lo hicieran, pero sí se aseguraron de enseñarme que aún con el colchón en la posición más baja posible no tenían ningún problema en pasar una pierna completamente sobre el lado de la cuna. ‘Un queque, Mamá.’

Al final decidimos que aunque la transición probablemente deba ocurrir pronto para evitar accidentes por caídas, no tomaríamos decisiones apresuradas. Queremos asegurarnos de hacer las cosas bien y crear un ambiente que sea lo más seguro posible antes de quitar las barras de las cunas – incluyendo algún tipo de cierre en la puerta (para evitar que una niña pueda cerrar la puerta completamente mientras que la otra aún tenga sus dedos entre la puerta y el marco…). Afortunadamente ya habíamos instalado una reja en la puerta anticipando este momento – ojalá ésa aún funcione por bastante tiempo antes de que encuentren la forma de abrirla o de pasar por encima. Por ahora, pusimos una cobija muy gruesa sobre la alfombra entre las dos cunas – para asegurarnos de que al menos tengan un aterrizaje suave en el caso de que trataran de salir de la cuna nuevamente. Lo cual, debo decir, no han vuelto a intentar durante los últimos dos días y han dormido de maravilla tanto en las noches como a la hora de la siesta… que por supuesto me hace dudar de nuevo - ¿deberíamos de esperar más tiempo?


Una vez que hayamos dado el paso y la transición esté completa, escribiré otra entrada para compartir nuestra experiencia, cosas que hayan salido bien o mal y cualquier sugerencia que pueda tener en ese momento para padres que también están considerando hacer la transición de cuna a cama. Continuará…

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